lunes, 1 de julio de 2013

La construcción de la Ciencia del Protocolo (con seriedadLa construcción de la Ciencia del Protocolo (con seriedad

La construcción de una Ciencia del Protocolo debe partir de la delimitación de su ámbito de estudio sin pretender abarcar o extenderse de otros ámbitos de los que ya se ocupan otras familias de conocimiento dentro de las Ciencias de la Comunicación. En este sentido, es preciso reorientar las propias definiciones de la carrera matriz y recomponer las salidas profesionales hacia las que se orienta la utilidad práctica de su conocimiento. El enfoque científico para la crear una Ciencia del Protocolo es un proceso sistemático, disciplinado y controlado. Se basa en observaciones empíricas, arraigadas en la realidad objetiva.

 La Ciencia del Protocolo no puede construirse aisladamente de la Historia, la Sociología o la Política como apoyos fundamentales. Es por tanto, una Ciencia de síntesis al servicio de la excelencia en la presentación de los actos humanos en el espacio de lo institucional, la empresa, las corporaciones y las entidades públicas.

 La definición moderna de Ciencia la considera “todo conocimiento de la realidad en sus causas, y dotado de un instrumento específico, el método, que le permite alcanzar sus fines”. El Protocolo es una ciencia de resultados, que se expresa, de manera muy diversa, según las distintas culturas, pero que coinciden en el concepto de la “intuición de lo correcto”; es decir, del comportamiento humano adecuado y tempestivo en determinados actos y acontecimientos de la vida social, especialmente de aquellos que tienen un carácter simbólico, ritual o conmemorativo.
¿Estamos pues ante una materia que nos ofrezca elementos suficientes para la investigación científica? Giddens sostiene que muchos aspectos de la vida social que, aparentemente, sólo interesan a un individuo, son en realidad, cuestiones generales. La Sociología, o mejor el estudio sociológico de una materia, nos permite ver el mundo, a través del propio asunto, desde diversos puntos de vista.

Es pues en este terreno, considerando que el Protocolo se instala dentro de los objetivos de comunicación de las entidades, las empresas y las instituciones, donde, a nuestro entender, se abre un campo inmenso de posibilidades para convertirlo en una disciplina plenamente científica, con elementos propios, que permita formular una teoría diferenciada y que lo eleve del rango de técnica auxiliar al servicio de la imagen de las instituciones.
Con todos estos antecedentes, será posible construir una verdadera Ciencia del Protocolo en la medida que se sigan los parámetros fundamentales para construir un genuino saber científico. Partir de hechos ciertos, investigarlos y obtener conclusiones. Analizar y desmenuzar esos hechos, estableciendo relaciones entre ellos, tratar de descomponerlos, de entender sus componentes; intenta descubrir los elementos que componen cada totalidad, y las interconexiones que explican su integración. Los resultados han de ser expuestos con claridad y deberán ser verificados. Para ello se deberá partir de un trabajo metódico y planificado. Ha de construirse una ciencia sistemática, no un manojo de informaciones inconexas. Ha de ser capaz de ubicar los hechos singulares en pautas generales, y los enunciados particulares en esquemas amplios.

 Una verdadera Ciencia intenta explicar los hechos en términos de leyes, y las leyes en términos de principios. Procura responder al porqué ocurren los hechos, cómo ocurren y por qué no ocurren de otra manera. Es predictiva porque trasciende la masa de los hechos de la experiencia, imaginando cómo puede haber sido el pasado y cómo podrá ser el futuro.  La Ciencia es valiosa como herramienta remodelar la sociedad. A ella debe servir siempre, sea la ciencia que sea.

 

 

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