domingo, 18 de noviembre de 2012


Joaquín Martínez Correcher criticó en Cádiz el injustificable desplazamiento de la infanta Elena del orden de precedencias

El autor del Real Decreto de Precedencias del Estado no coincide con quienes justifican lo ocurrido el 12 de octubre

Frente a las curiosas interpretaciones que se han hecho y escrito, para justificar el desplazamiento de la Infanta Elena del espacio que le corresponde, dentro del orden de precedencias de la Familia Real, en los actos de Estado, el propio embajador Joaquín Martínez Correcher, ex  jefe de Protocolo del Estado, y autor del texto del Real Decreto 2099/83, de Precedencias del Estado, mostró su desacuerdo con la segregación de la hija mayor de los Reyes, y su ubicación junto al jefe de la oposición, a partir del pasado 12 de octubre.
El embajador lo hizo público en el transcurso del XIII Congreso Internacional de Protocolo, celebrado en San Fernando, Cádiz, del 6 al 9 de noviembre, justamente al término de mi ponencia sobre las consecuencias que la crisis de imagen de la institución monárquica está teniendo en la readaptación de su presentación en público para paliar las consecuencias del caso Urdargarín y otros episodios recientes. No obstante, mi teoría es que la crisis de la monarquía es más de fondo que coyuntural, como lo prueba de que antes del nuevo afloramiento del caso del pillastre Urdargarín y el resto de sucesos amoroso-cinegéticos-traumatológicos, las encuestas del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) revelaban un descenso progresivo de la popularidad de la familia Borbón entre los españoles. Ciertos episodios, ya repetidos, se olvidan y pasan. Las cuestiones relevantes permanecen.

Quienes se han apresurado a buscar encajes, explicaciones y arreglos a lo que, con el texto del Real Decreto de Precedencias en la mano, está fuera de duda, quizá debieran replegar velas cuando el propio autor material de la norma deja claro que no cabe otra interpretación que la que nidiamente se establece en la misma. Digo yo que él sabrá lo que quería decir cuando lo escribió.

Por otro lado, aunque yo insisto que Letizia Ortiz Rocasolano no es nada (ella misma lo dijo en unas declaraciones a la revista Vanity Fair), y que aunque se la llame Princesa de Asturias, el hecho recibir el mismo tratamiento y honores no implica poseer la misma condición, ya que no es heredera de nada, ni ha jurado la Constitución, ni puede asumir funciones institucionales por si sola (otra cosa es que lo haga en esta monarquía sui géneris que tenemos y que no respeta las reglas de sus mayores) ni puede existir más que un príncipe de Asturias, heredero de la corona, el mismo embajador Martínez Correcher no estuvo de acuerdo conmigo en esta apreciación, en cuanto mantengo que la forma correcta de referirse a ella debería ser siempre (lo mismo que a su concuñado el procesable Urdargarín), “consorte de”.
Según el embajador –si bien no desmonta mis argumentos jurídicos- se le puede llamar Princesa de Asturias sin más conforme las vigentes normas de tratamientos de la familia real. Por economía verbal, sin duda.  Pero el ilustre diplomático  no nos aclaró por qué. ¿Y con el resto de los títulos, qué?

 

viernes, 9 de noviembre de 2012


El XIII Congreso Internacional de Protocolo, celebrado con gran éxito a la sombra del bicentenario de la Constitución de Cádiz

Cerca de 300 asistentes en representación de 12 países estudiaron el nuevo protocolo para la convivencia

Al amparo de las celebraciones del Bicentenario de la Constitución de Cádiz, recorriendo y acogidos a los edificios históricos que albergaron a los diputados constitucionalistas (El teatro de las Cortes de la Isla del León –San Fernando-, y la Iglesia de San Felipe Neri, entre otros) casi tres centenares de asambleístas de 12 países de Europa y América, participaron en el XIII Congreso Internacional de Protocolo, organizado por la Escuela Internacional de Protocolo y la OICP, organización internacional de Ceremonial y Protocolo, que acaba de tener lugar del 6 al 9 de noviembre de 2012.

Las autoridades de Cádiz, desde su Ayuntamiento, Diputación y la Armada, entre otros, se volcaron generosamente en apoyar al evento que, en su parte temática se ha caracterizado por el rigor en la selección de las ponencias y comunicaciones, que previamente se llevó a cabo a través de un comité científico y la colaboración de revisores externos que dictaminaron la adecuación de los contenidos al programa previsto que respondía al lema “Protocolo para la convivencia”.
La inauguración se desarrolló en el propio Teatro de las Cortes, en el que se recreó el ambiente de los días de 1810 en que, asediados por los franceses, los diputados doceañistas alumbraron la primera Constitución de España. En este sentido, el acto resultó especialmente simbólico, tanto por la presencia de las autoridades de la provincia como del jefe de la flota de la Armada, y diversas representaciones de la vida civil y militar.

Ya en el centro de Congresos, la primera ponencia, dictada por la profesora Doctora Dolores Sánchez González, versó precisamente sobre las cuestiones de protocolo y ceremonial de las Cortes de Cádiz.

En las sesiones siguientes, se desarrollaron una veintena de ponencia, además de varias mesas redondas y puestas en común de expertos y profesionales, y se abordaron nuevos enfoques sobre cuestiones como la relevancia de los eventos internacionales en la divulgación de la marca país; la sociología de lo distinguido como elemento diferenciador de las manifestaciones humanas. Fue una novedosa visión desde la experiencia profesional Martha Peláez, que aportó muy interesantes reflexiones, al respecto.  En varias intervenciones se abordaron los nuevos perfiles del profesional del protocolo frente a la confusión ahora misma planteada al tratar de meter en el mismo saco, bajo la rúbrica de estudios de protocolo, otras salidas que no le son propias.
Hubo ponencias muy técnicas y novedosas sobre el abuso de los símbolos nacionales en determinados eventos, estudios muy reveladores, con carácter comparativo, sobre la legislación histórica española en materia de protocolo, así como otras que centraron el papel del protocolo como ciencia comunicativa.

No faltaron las demostraciones de la posible aplicación de las nuevas tecnologías como herramientas al servicio del protocolo, las relaciones con los medios, o la necesidad de extender a la sociedad la cultura que encierra el concepto de protocolo. Además de otras aportaciones centradas en la experiencia de las instituciones andaluzas, especialmente sensibles al protocolo como vehículo de relación con los públicos, el congreso se enriqueció con varias aportaciones de casos prácticos, acogidas con interés, dada su variedad y calidad. No faltaron propuestas reflexivas sobre la adaptación del protocolo a la crisis o mi propia aportación, titulada “La nueva imagen de la monarquía y su protocolo. Consecuencias y efectos de la nueva configuración de la Familia Real”. Tuve que atender a varios medios nacionales que, interesados por el asunto, me entrevistaron sobre el contenido de mi intervención.

No menos densa fue la mesa redonda, donde diversos presidentes de entidades profesionales del Reino de España, abordaron los perfiles y contrastes entre profesión y asociacionismo, que dio lugar a un animado debate con intervenciones muy agudas del público presente.
La última jornada, se centró esencialmente en aportaciones de los expertos de Hispano américa, además de otras intervenciones sobre el futuro profesional de los egresado en las carreras de comunicación, la adecuación del vestuario a los roles y las situaciones de la vida social e incluso la problemática que genera la diversa consideración del cónyuge, según las diversas culturas, en determinados casos.

De manera especialmente relevante puede citarse la conferencia de Antonio Guillén sobre el protocolo y ceremonial de las propias celebraciones del Bicentenario de las Cortes de Cádiz.
La conferencia de la clausura correspondió a una invitada especial, la señora Ana Colomer O´Brien, quien, como responsable de este función en dicho organismos, habló sobre la Asamblea General de Estados Americanos y su protocolo.

Previamente a los actos finales, en su aspecto puramente congresual, del encuentro, el día 8 por la noche, tuvo lugar la cena de clausura, en una de las típicas salinas, en un singular ambiente de fiesta flamenca, que hizo disfrutar de la cultura andaluza a todos los presentes.

El mismo día 9, se celebró la asamblea anual de la OICP, Organización Internacional de Ceremonial y Protocolo.

viernes, 2 de noviembre de 2012


Por qué la Casa Real debe cumplir el Real Decreto de Precedencias del Estado

 Las normas de Protocolo, en este caso el Real Decreto 2099/83, de 4 de agosto, de Precedencias del Estado, en cuanto que pertenezcan a la categoría de preceptos jurídicos, pudieran encuadrarse en lo que los tratadistas denominan “leges imperfectae”; esto es, que su infracción no solamente no produce la anulación –como en otros casos- del acto cometido, sino que tampoco se impone sanción alguna al infractor. En el ámbito de la función pública abundan este tipo de normas, pero su no cumplimiento, en la mayoría de los casos, no merece otro reproche que el de carácter moral. También se las llama “normas no sancionadas”.

He aquí la contradicción. No parece que, en principio haya nada que temer, salvo el reproche social, el bochorno o el deslucimiento, porque en la organización de un acto oficial se infrinja una norma de Protocolo. Más o menos algo parecido puede suceder en otros países, donde también es común observar incumplimientos de Protocolo en el ámbito de las autoridades académicas o civiles, aunque no así, en el de las militares, por principio.

Una norma jurídica es un enunciado jurídico dotado de estabilidad y destinado a una colectividad amplia. Además, toda norma jurídica tiene que estar justificada; es un mandato para realizar o abstenerse de realizar una conducta. Más precisamente, es la expresión de un mandato. Por su finalidad, las normas de dividen en Normas de Conducta y Normas de Organización. En cierto sentido, las normas jurídicas de Protocolo tienen de ambas: por un lado, regulan el comportamiento de los ciudadanos y los grupos, por otro, poseen un carácter instrumental, para regular los procesos técnicos que identificación y aplicación del conjunto de normas que regulan la convivencia de los ciudadanos.

El Real Decreto de Precedencias del Estado es una norma taxativa; es decir, empezando por el Rey se debe cumplir. Es lo serio en un país serio. Y que cada uno extraiga sus conclusiones.

¡Pobre Infanta, qué papelón!
 

Ni las infantas ni el Príncipe de Asturias poseen estatuto propio, lucen a la sombra del Rey

Mucho se ha discutido si el Príncipe de Asturias, como heredero de la Corona, ha de ser dotado de un Estatuto legal específico que delimite el contenido de sus funciones hoy únicamente referidas a esperar el momento de suceder a su padre y sin otra condición, ya cumplida, de haber jurado la Constitución y no elegir cónyuge contra la voluntad del Rey o de las Cortes. En este sentido, algunos entusiastas de la causa monárquica han llegado al extremo de reclamar para Felipe de Borbón privilegios que solamente corresponden a su padre el Rey, como la falta de responsabilidad por sus actos (asunto éste polémico en los tiempos modernos y que colisiona con el derecho común en una sociedad democrática donde nadie puede ser irresponsable ante la ley).

Y si no existe Estatuto del Príncipe de Asturias, menos de sus hermanas, las Infantas, astros sin luz propia, hijas del Rey, si, pero cuyo encaje en el Protocolo de Estado deriva de una circunstancia biológica, no de su persona o cargo, despojada del vínculo sanguíneo. Por lo tanto es acertado que en los actos de Estado a los que acude la Familia Real estén junto al Rey. Y si no, si se las separa del núcleo del astro sol, que es su padre, no tiene sentido alguno mandarlas al lado del jefe de la oposición. ¿En calidad de qué están allí?, bueno, está una, porque la otra ha sido enviada al lado oscuro.

Por otro lado, la circunstancia de que Letizia Ortiz reciba los mismos honores, tratamiento y dignidad que su esposo, no significa, en modo alguno, que asuma la misma condición. Ni ha tenido que jurar la Constitución ni es, por si misma, astro con luz propia: no tiene otra que la que le es proporcionada por su marido y su porvenir, caso de desavenencia conyugal está establecido en las capitulaciones matrimoniales, de carácter secreta, a las que hubo de avenirse la joven periodista divorciada para contraer matrimonio canónigo.

domingo, 16 de septiembre de 2012

La guerra mercantil entre la oferta formativa en protocolo

Investigadores españoles y portugueses en Oporto


No creo que sea bueno para nadie lanzarse ahora a una guerra, exclusivamente mercantil, sobre las diversas ofertas formativas de protocolo, pero creo que es preciso aclarar algunos falsos supuestos sobre la forma en que se valoran en la Administración pública los curricula de los aspirantes. En mi calidad de funcionario público y doctor en Ciencias de la Información he formado parte del tribunal de más de una plaza de técnico de Protocolo en una institución pública e incluso he sido yo el autor del temario específico. En este tipo de concursos-oposición, se parte de unos baremos pre establecidos y puedo asegurarles que valoraríamos mucho más un master, título propio por la Universidad de Salamanca, la de Santiago, la Complutense o la UNED que un grado de una universidad privada, fundada antes de ayer. Y por la sencilla razón de que quien posee ese master, título propio, ya posee una titulación superior anterior, y por el prestigio de la universidad donde realiza la formación complementaria.

No parece buena idea que se lance un ataque a la competencia desde respetables posiciones mercantiles, reconocida la legitimidad de cada uno de defender sus propios productos o mercas en el mercado. Lamentablemente, las noticias que arriban sobre metodología docente, criterios de evaluación, imposiciones al profesorado y otros detalles en algunas de las ofertas que ahora se encuentran en el mercado, en atención más al interés de los clientes que a la formación de los alumnos, no son halagüeñas ni ejemplares, por no decir la forma en que se pretende fabricar universitarios de urgencia con toda suerte de pasarelas y atajos. Pero no quiero meterme en ese jardín, aunque aquí nos conocemos todos. ¿Está claro?

No voy a aventurar, pre juzgar ni meterme en jardines ajenos. Hablaré de lo que conozco. He participado y participo en masters y cursos de post grado y formación complementaria de entidades tan prestigiosas como la Universidad de Sevilla, la UNED, la Pompeu Fabra y la Autónoma de Barcelona, la de Salamanca, la de Santiago, la de La Coruña, la Universidad Católica de Caracas, la Universidad de Carabobo, en Venezuela, o la de Caxías do Sul, en Brasil. Además, soy profesor de Protocolo y Comunicación institucional en los master oficiales de la Universidad de Vigo de Investigación en Comunicación y Comunicación y lenguaje en los negocios.

 Por referirme exclusivamente a los “títulos propios” debo decir que en cualquiera de los centros citados, tanto los programas, elenco de profesores, selección de alumnos y contenidos docentes se inscriben en la mayor calidad. Desde luego, no quisiera comparar a qué podría dar más valor un empresario a quien se presente un licenciado universitario que opte a un puesto de director de comunicación o protocolo de una empresa con un master por Salamanca frente a un graduado, con titulo oficial, por una universidad privada sin abolengo, por ahora. De todos modos, tampoco prejuzgo, ya que dependerá la solución final del talento y aptitud del aspirante a una plaza con la formación que haya podido alcanzar.

No nos descalifiquemos ni confundamos unos a otros, máxime cuando todos participamos del mismo afán e incluso estamos implicados y navegamos en los mismos barcos. No tiremos piedras contra nuestro propio tejado.
Si buscamos la verdad, vamos a decirla. Pero toda.

De momento, y espero que sea así para siempre, cuando una persona pretenda un puesto laboral en el ámbito del protocolo, la organización de eventos, lo importante no va a ser el sello que lleve su diploma, sino la capacidad y los conocimientos que demuestre. El diploma quedará muy bien en la pared de su casa, pero a efectos prácticos, lo importante es que esté bien formado como profesional, sin que importe mucho cómo haya obtenido esa formación. El caso es que la posea.

El costo de la campaña de imagen de la Casa Real



 
 
 
 


 
 
Hay varias preguntas que hacerse, como ciudadanos, luego el espectacular espectáculo sobre Letizia Ortiz Rocasolano, publicado el 14 de septiembre de 2012 (yo guardo ya algunos ejemplares) en los más importantes diarios nacionales, con excepcional unanimidad y despliegue. En este sentido, los periodistas sabemos lo que cuesta una plana, la rigurosa administración del espacio en prensa y la diferencia entre un “remitido” o un reportaje propio. Las fotos las mandó la Casa Real. ¿Era publicidad, quiero decir, propaganda pagada o ha sido una generosa aportación de la prensa a la recomposición de la imagen de la familia Capeto? Y si se pasó por taquilla, ¿cuánto ha costado el alarde? ¿Es el cuarenta cumpleaños de la consorte del heredero motivo suficiente para este despliegue?

No deja de ser una curiosa paradoja, que la recuperación de la imagen de institución reinstaurada en España; de la monarquía católica, según su propia advocación histórica (si bien la confluencia de la herencia dinástica es un pito que poco toca en esta historia, según el propio Juan Carlos, que como he dicho otras veces, considera antiguallas las leyes de familia, a las que se atuvo su padre y ahora nuevo Rey Juan III), digo según su propia advocación repose sobre una periodista divorciada, acatólica y republicana, según conocimiento popular, hasta que apareció en su vida el enamorado morador de la Zarzuela. Pero en las historias de ficción como ésta, tales cosas poco importan.

Y no obviamente porque las creencias, condición o vida anterior de Letizia tenga la menor importancia, sino porque justamente, la Iglesia que santifica las uniones sagradas de las familias reinantes y la propia ideología anterior de la citada sea tan dispar con lo que ahora encarna. Esa sí que es conversión y no la de San Pablo.

Y a mí me extraña que esta gente, y quienes con ellos colaboran, sigan pensando que los españoles somos idiotas. En un momento histórico y tan delicado como éste, cuando una parte esencial de España ha planteado la sección, lo realmente importante de lo que hay que ocuparse es el del nuevo peinado de la hija de Ortiz.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Protocolo, intrusismo, oferta formativa y leyes del mercado




Graduación de los alumnos de ESERP en Barceloa. Julio 2012
Para hablar propiamente de intrusismo dentro de una profesión, es preciso que previamente esa profesión esté regulada, cuente con estatuto jurídico propio que la defina, y que el Estado exija a quienes han de desempeñar determinados puestos estar en posesión de un título específicamente habilitante. Ninguna de las carreras de comunicación vigentes en España responde a este esquema.

Particularmente, en los empleos, públicos o privados, relacionados con el protocolo, hallamos gran variedad de situaciones; en el ámbito público, lo más que se requiere, cuando las plazas concretas exigen un determinado nivel académico, es poseer alguna titulación media o superior, no siempre específica, salvo en funciones de carácter jurídico o pericial (secretario, interventor, arquitecto, ingeniero). Donde existe, el jefe de Protocolo puede ser un licenciado en Derecho o en alguna carrera de comunicación, eso e el mejor de los casos, con formación complementaria o autodidacta.

Hasta la aprobación por parte de la ANECA de la nueva carrera de “Protocolo”, existía –y existe- en el mercado una considerable oferta privada de todo tipo de cursos, títulos y productos formativos, de diversas calidades y contenidos, impartidos por entidades privadas y diferentes situaciones derivadas de convenios y acuerdos con centros universitarios, públicos y privados, aparte de los títulos propios (tanto master como de especialista) que brindaban algunas universidades públicas como formación complementaria o reciclaje profesional. Ahora mismo, en algunos másters oficiales hay líneas de investigación dedicadas al protocolo. Yo mismo tengo dos, en master oficial, insisto.

A la situación existente se unió la aprobación por del grado, master y Doctorado en Protocolo, primero residenciado en una activa y muy comercial universidad privada, y ahora con réplica en otra pública. Hasta el presente, los contenidos de protocolo en la licenciatura solían encuadrarse, a veces como itinerarios, en la carrera de Relaciones Públicas, o bien asignaturas específicas en el curriculum general.

Dadas las coincidencias de las salidas profesionales ofertadas en Protocolo (véanse las web de los centros que ofrecen esta carrera) con los otros estudios de comunicación, en concreto con Periodismo y Relaciones Públicas y Publicidad, se han provocado algunos recelos, ya que existe una excesiva oferta de estudios de la misma familia en estos momentos y la sociedad no es capaz de digerir tantos titulados.

Las  investigaciones de VIVAR, GARCÍA, ABUÍN y VINADER (2010) sobre la situación de los estudios de comunicación en España frente al reto del Espacio Europeo de Educación Superior, señalan: “Estos estudios incrementan su demanda año tras año. No obstante, ésta no va acompañada de una inserción laboral proporcional, lo que, unido a la profunda crisis por la que están atravesando los grupos de comunicación, está provocando una importante tasa de paro entre los licenciados en alguna de las tres titulaciones (tradicionales), que optan por buscar salidas profesionales alternativas.” ¿Qué pasará ahora que tenemos una nueva carrera que ofrece, entre sus salidas, algunas que estaban incluidas en las de Periodismo, Publicidad y Relaciones Públicas, con su respectiva orientación en cada caso? Yo nunca he cuestionado la nueva carrera de Protocolo, lo que sí que he defendido es una mayor personalización de sus contenidos y salidas.

Bolonia recomienda que las titulaciones propuestas por los Estados habrán de responder a demandas sociales por lo que se hace necesario un análisis y definición de perfiles profesionales considerando, entre otros, las características del mercado laboral nacional y europeo, el parecer de las asociaciones profesionales y la experiencia acumulada por las propias universidades. Pero era también cierto el clamor de los profesionales de Protocolo que deseaban contar con una carrera específica. Y a ello se dio respuesta en la forma conocida. Incluso los más críticos, como yo mismo, hubimos de reconocer ese clamor de los profesionales, frente a un cierto escepticismo de los académicos.

Las normas que precedieron a la adaptación del sistema universitario español a la Carta de Bolonia, sin embargo,  señalaban que no procedería establecer un nuevo titulo oficial cuyos contenidos y efectos profesionales coincidieran con otro, cosa que evidentemente ocurre. Además, desde algunos foros y asociaciones, se pretende que el grado que actualmente imparten solamente dos universidades,  en colaboración con entidades privadas, sea el único y obligatorio acceso profesional para esta actividad. Y esa es otra cuestión. Y creo que en este sentido, la fuerza normativa de los hechos impondrá, como impone en otros ámbitos de la comunicación, que las diversas vías puedan convivir dentro del mismo espacio. Ya decidirá el mercado.

Bienvenida sea la nueva carrera, que tendrá que competir, como compiten otras de la misma familia, con otros estudios y ofertas, dentro del mismo ámbito, porque en el futuro, más que el título (el papel todo lo soporta) será la competencia y la capacitación profesional, el entusiasmo y la voluntad de trabajo la que coloquen a los mejores.

La libertad de empresa y de expresión que contiene nuestra Constitución garantiza la libre iniciativa en el ámbito formativo, correspondiendo al Estado controlar que la enseñanza, con independencia de que sea pública o privada, reglada o complementaria, título oficial o privado. Por lo tanto, bienvenida sea toda oferta de calidad se imparta donde se imparta. Ningún título, ni privado ni público garantiza el empleo, sino la buena formación, la capacitación y el esfuerzo demostrado.

Y aceptemos que en universo comercial del protocolo, unos venden un producto y otros, otro. Las leyes inexorables del mercado y el ecosistema laboral, pondrán a cada uno en su sitio. Como ocurre con todo en la vida. No existe el intrusismo en este mercado. Eso se llama competencia.

Ahora bien, cuando una universidad que tiene más de cinco siglos ofrece un curso de especialización, francamente, para mí merece mucho más respeto que otras ofertas del mercado. Y creo que a los empleadores, les impresionará mucho más un universitario, con una carrera específica, que además exhibe un título propio, digamos por Salamanca, que otros productos del mercado. Pero eso que yo creo no tienen por qué compartirlo los demás.

domingo, 13 de mayo de 2012


CONCLUSIONES DE LAS


Jornadas Internacionales de Comunicación institucional e imagen pública

XII Curso Complementario de Comunicación y Protocolo

Pontevedra 9 y 10 de mayo de 2012




Al final de las jornadas de trabajo, en las que intervinieron 18 ponentes y 8 relatores, se establecieron las siguientes

Conclusiones

1.-        Una institución que no informa a la sociedad sobre sí misma incumple el primer deber: justificar su existencia. La Universidad debe mantener de manera fluida la comunicación y la retroalimentación con todos los sectores con los que se relaciona. En ese sentido, los Consejos Sociales ejercen la función de transmisores, representantes y puentes entre la sociedad y la Universidad.

2. Las nuevas tecnologías son una herramienta que acompaña al talento y la creatividad humana en todos los ámbitos, pero por sí solas no serían nada sin el espíritu creador del hombre. Las aplicaciones de las TICs son infinitas para facilitar el trabajo de los profesionales de la comunicación institucional, la organización de eventos y el protocolo, pero deben ser administradas con prudencia sin perder de vista que son una herramienta auxiliar y subsidiaria.

3.- La falta de sensibilidad, cuando no de conocimientos, de las autoridades públicas sobre las exigencias de la propia responsabilidad que asumen, con respecto a la sociedad, ante la que deben mostrarse, produce paradojas y situaciones no deseables. Con frecuencia se dan situaciones no deseables, pese a la voluntad de los profesionales, comunes en todos los ámbitos, en que se comenten graves errores que afectan a la representación simbólica de las instituciones.

4.- Convertir en un acontecimiento, donde el protocolo marca las pautas y espacios de su realización, en una emisión informativa de interés, requiere un esfuerzo de información y adaptación que, en ocasiones, puede requerir introducir alguna adaptación en la morfología del acto,  pero tales cambios no pueden alterar la perspectiva global del acto mismo.

5.- Las celebraciones del Bicentenario de la Independencia de América es un acontecimiento que forma parte de la historia contemporánea de España. Desde el respeto a la personalidad de las nuevas repúblicas, se hace necesaria una relectura de algunos tópicos, por ambas partes, que reconozcan errores y ponderen aciertos.

                A España corresponde recuperar sin complejos su papel en aquel episodio y reconocer junto a sus errores las aportaciones positivas que nadie puede negarle a aquel encuentro de dos mundos. En ese sentido, el concepto sociológico y cultural de la Hispanidad debe recuperarse en su significado más noble y completo.

6.-Las buenas maneras, la cortesía, la urbanidad, no son conceptos obsoletos, sino elementos necesarios a la convivencia social. Son signos de respeto entre las personas para armonizar sus vidas y desarrollar sus relaciones. La educación es un lenguaje universal valorado y admirado por todas las personas que lo aplican en sus relaciones sociales y profesionales con la intención de que su comunicación interpersonal sea eficaz y positiva. Optar por la cortesía como efectivo e impecable método relacional; apostar por la tolerancia como actitud activa hacia la integración; potenciar los tratamientos sociales acordes a cada situación, personaje o momento; comunicar de forma eficaz, realizando una escucha activa, cuidando el lenguaje y observando los aspectos no verbales de la comunicación; y, atender la imagen que ofrecemos, son los instrumentos adecuados para hablar ese lenguaje universal practicado y defendido en todo el mundo que es la educación social.

7.-El ejercicio profesional libre del protocolo, la asesoría de imagen y la organización de eventos, dentro o no de una organización, es una dedicación que cada vez más es requerida por las entidades públicas y las privadas.  Pero este profesional, aparte de abrir mercados, debe ser un agitador social en el sentido de contagiar sus sensibilidades a quienes lo requieren, y demostrar que la correcta presentación de los actos relativos a la imagen pública es una inversión siempre rentable-

8.-En este sentido, resulta sorprendente la capacidad de los especialistas españoles para abrir nuevos mercados en otros horizontes culturales. Ello demuestra que, con el adecuado planeamiento y seguridad, este producto, entendido como empresa de servicios, es capaz de competir en los escenarios más exigentes.

9.-Si con carácter general, el discurso bien construido es el elemento esencial de todo acto de comunicación articulado; en el ámbito de la comunicación institucional, la empresa o la vida social, la ordenada exposición de ideas, con originalidad y belleza realza todo acontecimiento, cuando no es el propio eje del evento mismo. Conocer y practicar las reglas del correcto modo de construir y decir debe ser una exigencia de todos aquellos que han de expresarse en público en el mundo oficial, de los negocios, de la vida social o de la cultura.

10. Un profesional del Protocolo debe construir su propio bagaje a partir de su experiencia. Los errores, los aciertos, las anécdotas, los sucedidos, forman parte, con el mismo valor, de la acumulación de saberes. Pero del mismo modo que no hay dos actos iguales, hemos de entender que un error puede convertirse en un acierto, si se saben extraer y aplicar las adecuadas consecuencias.

11-.  Nada más culto que el vino. En Galicia, como en el resto de España, los Consejos Reguladores de las Denominaciones de Origen constituyen unas esforzadas organizaciones generadoras de confianza. Frente a la importación de productos extranjeros o extravagancias de moda, España y Galicia cuenta con un valioso patrimonio en sus vinos con Denominación de Origen, que deben ser priorizados en nuestros agasajos de empresa o institucionales.

12.-El Reglamento de Honores Militares es un instrumento de comunicación institucional, a través del cual, las Fuerzas Armadas llevan a cabo el reconocimiento social de la dignidad de las autoridades del Estado, las dignidades y los dignatarios y visitantes ilustres. En el caso de España, el nuevo reglamento introduce una mayor consideración hacia las autoridades civiles y la forma de organizarse el Estado de las Autonomías.

13.- El protocolo universitario es una expresión de la forma en que la Universidad asume la función que la sociedad le otorga. Los actos solemnes enlazan modernidad y tradición y recuerdas el carácter universal e histórico de la institución. Es una expresión pautada de su propia dignidad. No se debe confundir solemne con antiguo.

14. La cultura de las flores, como elemento aplicable en los actos protocolarios, brinda una serie de recursos ilimitados dentro del Universo simbólico. Las flores y las plantas trascienden en este sentido de su función meramente decorativa, para convertirse en un elemento simbólico, cromático y activo, del espacio público.