jueves, 18 de diciembre de 2014

La Guardia Real cuesta 45 millones de pesetas, lo que parece excesivo por las funciones exclusivas que cumple


Exista una notable diferencia entre la Guardia Real española y las Unidades del Ejército Británico que tienen encomendada la custodia y resguardo de la Corona. La primera no tiene otra misión que la establecida en el en el artículo 6.º del Real Decreto núm. 434/1988: "Proporcionar el servicio de guardia militar, rendir honores y dar escoltas solemnes a S.M. el Rey y a los miembros de Su Real Familia que se determinen, prestando análogos servicios a los jefes de Estado extranjeros cuando se ordene". Lo cual se concreta además en otra serie de aspectos más específicos, como prestar la guardia militar en las diversas residencias que usa la familia real y en otros lugares a dónde se desplacen como los reales sitios.

Además, como soldados de parada, hacen las labores propias de escoltas, honores, saludos, etc. en todo tipo de actos, incluidos los fúnebres. En ese sentido, es una unidad vistosa, tanto sus unidades a pie como a caballo. En el mismo sentido, escoltan a jefes de Estado extranjeros y les prestan los honores correspondientes. Luego cumplen otra serie de misiones logísticas y administrativas.

Pero la diferencia más acusada entre la Guardia Real Española y las Unidades asignadas a la Guardia de la Reina de Inglaterra, es que éstas son unidades normales del Ejército Regular, sujetas además a las mismas vicisitudes en campaña y las misiones en el extranjero, donde recientemente han sufrido bajas. En tiempo de guerra, las unidades de la Guardia son las primeras en entrar en combate y tienen especial orgullo en ser ejemplares, como demostraron en la II Guerra Mundial.

Yo me pregunto si se justifica en estos tiempos una Guardia Real tan numerosa, con 1.500 efectivos, que cuestan a los españoles 45 millones de pesetas al año. Y si no se podía reducirla sensiblemente y que, como se hacía en tiempos de Alfonso XIII, y de ello abundan las pruebas documentales, todas las unidades del Ejército pasaran por el servicio de custodia y guardia del Rey.

Desde el punto de vista administrativo, la Guardia es una unidad más de las Fuerzas Armadas, de modo que para los oficiales es un destino más en su carrera. Por ello, no tengo duda, de que si así se dispusiere, acudirían sin el menor reparo a las misiones semejantes a otras unidades regulares, donde fuere. Es más, creo que muchos de ellos ya habrán cumplido o van a cumplir servicios en el exterior. Por lo tanto, creo que vendrían bien a la imagen y prestigio de la mencionada guardia acercarse a lo que es habitual en otras unidades, como ocurre en Inglaterra. Y me aventuro a pensar que tanto los suboficiales como la tropa compartirían con gusto esas encomiendas.

Dejarían de ser soldaditos de parada (ya sé que ganan todas las maniobras y que desfilan que es un primor) para convertirse en soldados de verdad, como los demás, como hemos sido los demás, en nuestro tiempo, y también desfilábamos con gracia, soltura y ritmo.

¿Se justifica el costo de la Guardia Real con lo que hace? ¿Qué va a pasar con los pretendidos aires modernizadores que el Rey está introduciendo. ¿Para qué una guardia militar si, para empezar, ni siquiera va a seguir la liturgia del día militar, con el izado y arriado de bandera y honores a los caídos, que ahora será una ceremonia extraordinaria en días señalados?  Eso han anunciado. Yo quiero verlo.

Deberíamos tomar nota de cómo hacen las cosas los ingleses.

Los regimientos británicos (De a pie) conocidos como "La División de la casa" que prestan la guardia a la Reina de Inglaterra son los “Grenadier Guards”, “Coldstream Guards”, “Scots Guard”,  “Irish Guards”,  “Welsh Guards” (estas tres últimas las Guardias Escocesa, Irlandesa y Galesa)

La Guardia Coldstream es regimiento más antiguo del Ejército británico, formado en 1650 durante la Guerra Civil inglesa, en tiempos de Oliver Cromwell. A considerable distancia de la antigüedad de los regimientos españoles, como los propios británicos reconocen.

Pero a diferencia de la Guardia Real española, los regimientos que custodian a la Reina de Inglaterra, han sido desplegados en Irlanda del Norte, en los Balcanes, en Irak y Afganistán. O donde haga falta. Aparte de ello, cualquier unidad de la Commonwealth puede proporcionar la guardia. En muchas ocasiones, la brigada de infantería de los Gurkhas, el Regimiento RAF y la Infantería Real de la Marina han proporcionado guardias, así como otros países de la Commonwealth.

La Guardia participan todos los años en la "Trooping the Colour", un tradicional desfile de los principales regimientos de Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda del Norte y la Mancomunidad Británica o Commonwealth que se realiza cada año desde el siglo XVII para celebrar el cumpleaños real desde 1748. La gran parada se realiza en Londres en el parque de Saint. James.

Pero pese a su vistosidad, en la práctica no se diferencian en nada cuando tienen que acudir a donde los manden como a la más vulgar unidad de Infantería.



martes, 2 de diciembre de 2014

A los seis meses de la abdicación de Juan Carlos I, la Monarquía pretende reinventarse con gestos irrelevantes

El pretendido nuevo estilo son una serie de detalles menores presentados como grandes novedades, acuciados por la necesidad de aparentar modernidad

Estos días, los turiferarios más conocidos, los periodistas de cámara de mayor renombre, los émulos de los que se cambiaron por las mulas de Fernando VII, lanzan las campanas al vuelo, despliegan la trompetería más servil para proclamar su goce por la gran efemérides, se cumplen seis meses de que el sucesor del Caudillo a título de Rey cambió su rol de Rey activo por Rey honorario, meritorio o vaya usted a saber exactamente qué. Insólita figura, duplicidad no contemplada en la Constitución, que tanto se invoca como texto inamovible cuando conviene.
Veamos las grandes novedades de Felipe, a tenor de lo que publica la Casa Real y propalan sus más leales y entusiastas siervos.
-- Prohibir a los miembros de la familia real que trabajen para empresas públicas o privadas. Sólo podrán desarrollar las actividades institucionales que les encargue el Rey o, en su caso, el Gobierno, cuando requiera su aprobación. Pero eso ya caía de cajón, ya que podían ser considerados como “funcionarios” que cobraban del Estado hasta ahora. Lo anormal es lo que ha venido pasando y pasan.
-- Los miembros de la familia de Felipe VI, que no formen parte de la familia real, no desarrollarán actividades institucionales ni percibirán retribución del presupuesto de la Casa del Rey. De momento, no sabemos si la infanta Elena está dentro o fuera de ese concepto de familia, porque la siguen mandando a representar a la Corona a los más diversos menesteres.
-- El establecimiento, antes de que finalice 2014, de un régimen jurídico de los regalos recibidos por los miembros de la familia real. Lástima que no alcance la devolución de otros que no sólo se disfrutaron, sino que se pulieron y cuyos beneficios aparecieron en Suiza, como la venta de la isla de Cortegada, en Galicia.
-- La aprobación de un código de conducta para el personal de La Zarzuela que incorpore principios de buen gobierno. ¿Para qué? Todo el personal de la Administración del Estado debe cumplir sus deberes con probidad y honradez.
-- A partir de 2015, las cuentas de la Casa del Rey estarán sometidas a una auditoría externa realizada por la Intervención General del Estado. ¿Qué cuentas? ¿Sabremos de verdad lo que cuesta la Casa Real o sólo el presupuesto oficial específico, que deja fuera los costos de la Institución que cubren Hacienda, Interior, Defensa, Transportes y Asuntos Exteriores?
Estos últimos días, se han añadido “como novedades relevantísimas” medidas tan renovadoras como
-Cambio del mástil de la bandera en el Complejo de la Moncloa y reducción a cuatro ocasiones, la ceremonia ordinaria de izado y arriado.
-Supresión de la expresión “Que Dios guarde” en el encabezamiento de las invitaciones de la Casa Real.
-Clasificación de los ciudadanos en función de sus tendencias sexuales, convirtiendo en “un colectivo” a los heterosexuales; de modo que los ciudadanos no se seleccionan por lo que son o representan, sino por sus pulsiones más íntimas.
¿Y qué pasa con los privilegios de que gozan los miembros de la familia del Rey en cuanto a viajes, uso de zonas Vips de los aeropuertos, escoltas (incluido el justiciable Urdangarín? Salvo lo que ahora se nos presenta como núcleo reducido de la familia, ¿se suprimirán los otros miembros de la familia (infantes) en el orden de precedencias del Protocolo oficial que trasladan al presidente del Gobierno, elegido por los ciudadanos y demás cargos democráticos, a partir de la 8ª plaza?
La monarquía es la misma de siempre, con apenas un pobre maquillaje.
¡Ah!, pero están muy contentos. Las tres personas mejor valoradas de España, en el escenario político son Felipe I, Letizia Ortiz y Pablo Iglesias.
Es que éste es un país con mucha guasa.