domingo, 2 de marzo de 2014

La botadura de un barco y los augures de la “Buena suerte”



 La tradicional ceremonia de botadura de un barco está tradicionalmente a las ceremonias romanas de los “augures de la buena suerte”, que de diversos modos llegan a nuestros días.
Lo más común es romper una botella de vino (lo del champagne o el cava vino después) por parte de la madrina, que suele ser la esposa del armador o de una autoridad relevante. No siempre se tiene en cuenta que en el momento de estrellar la botella se debe decir "¡Que Dios bendiga a este barco y a todos los que naveguen en él!", o alguna frase que exprese el mismo sentimiento (si se prepara y se le dice a la dama previamente queda mejor, si ésta no lo olvida). La botella debe ir siempre unidad a un cabo, aunque ahora se inventan modernos sistemas de sujeción y lanzamiento que, a mi entender, quitan naturalidad la acto.

En Galicia, debería aprovecharse para el bautismo de la nave vino del país, por ejemplo un excelente albariño. Griegos y romanos tenían la misma costumbre. Algunos autores sostienen que al inicio, la costumbre de bendecir un barco empleaba vino tinto en la cubierta de un barco recién botado y en la superficie del mar, como libación para los dioses del mar y para pedirles disculpas por la grosera irrupción en sus dominios. Los romanos empleaban a menudo agua como símbolo de pureza, pero los griegos preferían el vino.
Lo del cava o el champagne parece asociado al concepto del lujo y la solemnidad. Ya que algunos consideran que este vino fermentado es más caro, más solemne que el vino común, cosa de la que discrepo, especialmente en casos como Galicia.

Los griegos eran especialmente teatrales en esto de las botaduras: Cada barco se ponía bajo la advocación de algún dios y en la ceremonia intervenía con gran aparatosidad un sacerdote. Este rito solía celebrarse en la proa.

A lo largo de la historia, los usos de las botaduras dependían de la cultura de los pueblos. Los vikingos, especialmente crueles, amarraban a sus prisioneros a las gradas de deslizamiento de sus naves, de modo que al pasar la quilla sobre los desgraciados, su sangre “bautizaba” el casco. Un barco nacido de este modo era una ofrenda a los dioses que lo habrían de proteger en todas sus correrías. No existe constancia de otros usos bárbaros, como sostienen algunos autores que los romanos aplastaban a un recién nacido contra el casco. No lo creo, si bien parece que en el Mediterráneo alguna vez se imitó a los vikingos en el caso de algunas galeras.
Dado que los marinos son, a veces, supersticiosos hay que conocer bien los usos locales. Lo ideal es que la botella rompa contra el tajamar del marco. En Italia dicen que trae mala suerte que la botella no rompa por el costado de estribor si no se quiebra directamente contra el tajamar. Pero esto no siempre es posible según el tipo de barco.

 

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