sábado, 22 de febrero de 2014

III Jornadas de Comunicación Institucional e Imagen Pública. Curso Complementario de Comunicación y Protocolo XIV



Pontevedra, 9 y 10 de abril de 2014.

Universidad de Vigo. Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación

“La pedagogía social del Protocolo”

Director Dr. Fernando Ramos

Secretaria técnica. Mar Castro

Coordinadora de contenidos Martha. G. Peláez

 

PROGRAMA

9 DE ABRIL

09.00. ACTO INAUGURAL

Homenaje In Memoria de José Luis Delgado. Corto-documental de Anna Amorós y Beatriz Barros Alonso.

9.30. Conferencia inaugural

La pedagogía social en las ciudades educadoras y creativas: modelos de expansión para los actos culturales en espacios urbanos. Dra. Laura López Atrio. Psicopedagoga y ex concejal de Educación del Concello de Vigo.

10.15. PRIMER PANEL

El Protocolo como Ciencia. Discusión abierta sobre la configuración de una doctrina científica del Protocolo. Perspectivas desde la Comunicación y el Derecho.

Conferenciantes

Dr. Fernando Ramos. Universidad de Vigo

Dra. Dolores del Mar Sánchez González. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Dra. María Teresa Otero Alvarado. Universidad de Sevilla

11.00. Ponencia

La función del Consejo Social como elemento visible de la imagen de la Universidad en las relaciones internas y externas. Dr. Juan Manuel Corbacho. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación.

1.15. Descanso

11.30 SEGUNDO PANEL

SOCIEDAD Y CULTURA: La función de la gastronomía en los actos sociales y las sociedades divulgadoras

Conferenciantes

Dª Martha G. Peláez. Presidente de OIDECOM, formadora internacional.

D. Benigno Campos. Restaurador, publicista y divulgador de la cultura culinaria

 12.30. Conferencia-Ponencia

La imagen de la Iglesia Católica a través de sus dinámicas comunicativas en el Estado español y su proyección en el acervo popular andaluz. Dr. José Manuel Gómez y Méndez. Universidad de Sevilla

13.15 Conferencia-Ponencia

Manifestaciones propias de la cultura popular canaria. Actos, eventos, festejos, celebraciones y certámenes. Dª María del Pino Fuertes de Armas. Asesora de protocolo y formadora.

14.00. Galicia calidade, la cultura de lo óptimo de nuestras cosas.D. Alfonso Cabaleiro. Gerente de Galicia Calidade

 14.30. Descanso

 16.30. Conferencia-ponencia

Las agendas de las instituciones y empresas en los medios sociales. Dra. Montserrat Doval Avendaño. Universidad de Vigo

17.15. Conferencia-ponencia

Medios virtuales y comunicación alternativa, la vía frente a la saturación publicitaria.

Dra. Mónica Valderrama Santomé. Universidad de Vigo.

 
18.00. Descanso

 18.15. CUARTO PANEL

Relaciones públicas institucionales: demandas, tópicos, errores y aciertos en la práctica cotidiana.

Conferenciantes

Dr. David Caldevilla. Universidad Complutense de Madrid

Dr. Juan Enrique Gonzálvez Valles. Universidad Complutense de Madrid

Dr. Manuel Pinto Teixeira. Universidad Lusófona. Oporto.

 
19.00 COMUNCACIÓN:

Las redes sociales en la comunicación institucional. El caso de la Guardia Civil y el uso de Twitter

Dª Jessica Fernández Vázquez. Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas. PDI en la Universidad de Vigo (Doctoranda)

19 15. Proyección audiovisual del alumnado de Comunicación Audiovisual y de Publicidad.

 
Fin de la Jornada

 

10 DE ABRIL

09.30. QUINTO PANEL

Conferenciantes-ponentes

Urbanidad y Relaciones humanas para una sociedad crispada. Dª Mar Castro. Formadora y consultora de Protocolo

El teatro, escuela de la vida: técnicas y estilos del acto teatral y su utilidad en la práctica de las relaciones sociales. Dª. Mariana Carballal. Universidad de Vigo. Actriz y directora de teatro

10.30. Conferencia-ponencia

Protocolo ceremonial: Los premios Metre Mateo del audiovisual gallego. Dra. Anna Amorós. Universidad de Vigo

 11.15. Descanso

11.30. Conferencia-Ponencia

Valor simbólico y utilidad de la heráldica en la imagen pública de las instituciones en el siglo XXI. Dr. Eduardo Pardo de Guevara, Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento. Consejo Superior de Investigaciones Científicas

12.15. Comunicación.

Las ceremonias de investidura de las órdenes militares. D. Rafael Marcos Pardo, jefe de protocolo de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Castilla la Mancha

12.45. Conferencia-Ponencia

Nuevas demandas y estrategias en la organización de Congresos profesionales

María José Teixeira, directora general de ACRÓPOLE, Servicios y secretariado. Colaboradora docente de la Universidad de Oporto. Tesoseira de OIDECOM Iberoamérica.

13.15. Conferencia-ponencia

El ceremonial marítimo: peculiaridades, tradiciones y cultura naval. Dr. Fernando Ramos. Universidad de Vigo

13. 45. Coloquio general

 14.00. Descanso

16.30. Conferencia-ponencia

De la Etiqueta Moderna al Protocolo contemporáneo: notas sobre la evolución del protocolo y del ceremonial en España.Dra. Dolores del Mar Sánchez. Universidad Nacional de Educación a Distancia.

 17.15. Conferencia-ponencia

Preparación, ejecución y evaluación de los resultados en la trasmisión televisiva de grandes actos de Estado. Dr. D. Paulino Feijoo. Universidad de Vigo

 18.00 Proyección audiovisual del alumnado de Comunicación Audiovisual y de Publicidad.

18.15. Descanso

18.30. Conferencia-ponencia

El espacio de los estudios de protocolo en la Educación Superior de carácter social. Dra. Ana Belén Fernández Souto. Universidad de Vigo

 19.00. Conferencia de clausura

La imagen del presidente Obama y estudio DAFO de la imagen del Papa Francisco. D. Juan Orozco. Director de la consultora Protocollum y Socio Fundador del Centro de Alto Rendimiento para el éxito político (CAREP)


19.45. Lectura de conclusiones y Clausura

La Pedagogía Social del Protocolo y el Protocolo como Ciencia, ejes del XIV Curso Complementario de Comunicación y Protocolo en la Universidad de Vigo


Los días 9 y 10 de abril, en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad de Vigo, y bajo el lema “La Pedagogía Social del Protocolo”, se celebra el XIV Curso Complementario de Comunicación y Protocolo en la Universidad de Vigo y el III Foro Internacional de Comunicación Institucional e Imagen Pública. Dos actividades dentro de una: el primero, dedicado a los alumnos del sistema universitario de Galicia, y la segunda a los profesionales de la Comunicación y el Protocolo de España, y del resto del mundo que nos sigue en directo, a través de la transmisión de nuestra televisión universitaria, cuya señal puede captarse por Internet.

 Esta sigue siendo la más antigua actividad de la Universidad de Vigo, que se celebra sin solución de continuidad, y a la que asiste el mayor número de alumnos, en una media que supera los 250 por curso. La patrocina tradicionalmente desde su inicio la Diputación de Pontevedra. Cuenta con el respaldo del Consejo Social de la Universidad y de la Organización Internacional de Ceremonial y Protocolo.

  El aprovechamiento de este curso se valida con diploma firmado por el Rector, expedido por el Departamento de Títulos Propios, además de créditos ETCS y puntos para los funcionarios. La matrícula se hace directamente por Internet, sin otro trámite. El curso es presencial y on-line.

 Los comités organizador y científico están formado exclusivamente por Doctores.

 EL TEMARIO

 Aunque el temario se está elaborando, con el rigor propio de una actividad universitaria, podemos adelantar que su eje principal será “La construcción de la Ciencia del Protocolo”. La ponencia madre, la dictaran conmigo mismo, como relator principal, las doctoras María Teresa Otero Alvarado, de la Universidad de Sevilla, y la María de los Dolores Sánchez, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, que abordarán respectivamente del Protocolo desde las Relaciones Públicas institucionales, y el Protocolo en su vertiente jurídica.

 

La matrícula es gratuita y el curso está dotado con 0,5 créditos ECTS
La conferencia inaugural, sobre el tema “Ciudades Educadoras: Proyección, aprovechamiento y utilidad social de los recursos culturales” correrá a cargo de la profesora Laura López Atrio, ex concejal de Educación del Ayuntamiento de Vigo, Psicopedagoga y profesora jubilada tras 41 años de docencia, autora de la tesis doctoral sobre “Ciudades Educadoras”.

Otros ejes temáticos del curso y foro serán: El espacio del Protocolo dentro de la enseñanza de las Relaciones Públicas. Protocolo y cambio social.
 
El agasajo como elemento tradicional de los grandes actos. ¿Son necesarios los banquetes? La Dirección de Comunicación en la política de imagen. Tratamiento periodístico en la transmisión televisiva de los acontecimientos de masas. Grandes exposiciones: logística de las Relaciones Públicas para las ferias internacionales. Heráldica moderna versus heráldica tradicional. Tradiciones culturales, particularidades y costumbres protocolarias en las Islas Canarias. Andalucía y su cultura religiosa: Cómo entender los no entendidos el protocolo de la devoción popular. Protocolo en el cine: los festivales de España. Asimismo, se proyectarán diversos cortos realizados por los alumnos de Comunicación Audiovisual sobre distintos aspectos relacionados con la marca y la imagen corporativa.

Otras aportaciones interesantes serán los estudios sobre la imagen de Obama y el Papa Francisco; una comunicación sobre la investidura de caballeros de las órdenes españolas y una ponencia sobre las nuevas demandas de la organización de los congresos profesionales internacionales.

Varias de las intervenciones se centrarán en diversos enfoques de la comunicación institucional y las nuevas tecnologías.

lunes, 1 de julio de 2013

Un jefe de Protocolo no es un organizador de bodas

Rafael Vidal y Gómez de Travecedo, licenciado en Derecho, jefe de Protocolo de la Diputación de La Coruña, y presidente de la Asociación de Técnicos de Protocolo de Galicia, la más antigua de España, en su clase, sabe de lo que habla cuando afirma que un evento no es una ceremonia. Rafael no tiene el grado de Protocolo ni creo que piense tenerlo nunca. Claro que para algunos, no pertenece a la nueva profesión real. Para algunos.

El proceso comercial-reduccionista que pretende reinventar, con varias líneas de producto, la profesión de Protocolo, convirtiéndola en un sindicato de actividades diversas, pese al corifeo que lo acompaña no va a ayudar en nada a los fines que dice perseguir.
Pondré un ejemplo para que se entienda mejor qué quiero decir. Y recurriré a un símil militar. En la guerra, los Estados Mayores, planean, desde una perspectiva global, una determinada acción; es decir, estratégica. Y para ejecutarla, se cuenta con las unidades tácticas (en el caso concreto de España, la unidad táctica básica de Infantería es la brigada, formada por batallones, éstos por compañías, éstas por secciones, y éstas por pelotones, los pelotones por escuadras y las escuadras por individuos. En cada escalón, un mando, desde general a cabo.)
La estrategia diseñada por el mando se convierte en acciones tácticas que desarrolla cada escalón siguiente y subsiguiente para alcanzar los objetivos marcados. El jefe de Protocolo es como un general, un estratega, con visión general de los objetivos del acto o la ceremonia que debe llevar a cabo. Su función no es colocar las sillas ni organizar el refrigerio. Su función es diseñar, de manera estratégicamente global, el acto y encargar a los escalones subsiguiente todos los pasos, tácticos, para llevarlo a cabo.

Pero por el camino que vamos parece que quieren convertir al jefe de protocolo en un organizador de bodas y bautizos. Y no es eso. Un estratega puede organizar una batalla, pero también una acción civil de desplegar una unidad en socorro de una emergencia. Su perspectiva le permite concebir los planes y demandar o disponer los recursos en orden al éxito de la acción a emprender.
Como su visión es global, su formación debe serlo. Casi resulta pintoresco la imaginación creativa de los circuitos comerciales para inventarse carreras, salidas, especializaciones y pretendidas novedades de lo que no es otra cosa que lo mismo. Como profesor de Comunicación institucional y corporativa debo confesar que me asombra la naturaleza de algunas cosas que se anuncian por ahí con imaginativos reclamos presentando inventos realmente curiosos.
Por ejemplo, un director de comunicación, tanto de una institución como de una entidad o empresa, funciona básicamente a partir de los mismos esquemas, determinados por los objetivos a cubrir, los medios con que cuenta, los públicos a alcanzar, y la respuesta y prevención ante situaciones de crisis, relaciones con los entornos y eventualidades. Un buen director de comunicación, como demuestra la experiencia, puede estar hoy en una fundación privada y mañana en el Tribunal Supremo. Dentro de ese mundo, el trasiego es muy fluido, variado y permanente.

Quieren quieran creerse las milongas pueden descubrir algún día la cruda realidad. Yo espero que los profesionales de Protocolo, las asociaciones que los engloban, los profesionales solventes, no estén dispuestos a echar por la borda el valioso capital que poseen, generado por el trabajo y la experiencia de la profesión real, la verdadera.

 

 

Los profesión real del Protocolo


Siempre he sentido gran respeto y admiración por los por los profesionales del Protocolo que conozco, en todo el mundo, por cierto, desde Buenos Aires a Roma, por ser personas de especial sensibilidad, sentido de la perfección y prudencia. Diría que poseen una especie de ADN social común. Como repetidamente he contado, yo no soy un profesional del Protocolo, sino del periodismo y la docencia, y mi aproximación a este mundo ha sido académica e investigadora, a partir de mis responsabilidades en el ámbito de la comunicación institucional. Ello generó mi vinculación extensa y creciente, por un lado, con la Organización Internacional de Ceremonial y Protocolo; así como a la investigación, las publicaciones y la formación universitaria superior (posgrados y cursos de especialización) en Universidades de España y América hispana, a las que estoy vinculado desde hace tiempo.
La profesión de Protocolo o los profesionales del Protocolo son una realidad solvente, presente, conocida, ejerciente y visible. Y esos profesionales lo son, no por poseer una patente administrativo-académica, sino per se, porque lo confirman cada día con sus actos, con independencia de la formación de origen que es variada: desde La autodidacta a la reglada.
Hace unos días, leí con estupor que alguien escribía que, “a partir de ahora se va a configurar la verdadera profesión del protocolo”. O sea, que aplicando la teoría de los contrarios, podemos deducir que, si a partir de ahora se va a forjar la profesión verdadera, es que la actual profesión es falsa, inexistente, quebrada, espejismo o algo peor. Claro que hay que ver la segunda parte, la verdadera profesión se va a articular, a partir de una condición habilitante; esto es, la patente, divisa, carné o santificación que expide, entre otros, naturalmente, el autor de tal aserto.

Desde el punto de vista del marketing, que uno quiera vender su producto es legítimo y no menos el uso de técnicas publicitarias para captar clientes, sobre todo, porque en nuestra cultura se admite la exageración publicitaria.
Pero, ¿qué pasa con los verdaderos profesionales del Protocolo que ya lo son y no sólo no precisan grado alguno para serlo, sino que incluso se formaron por otras vías en las que incluso participó –y participa- el mismo que ahora los reduce a una condición de no existentes? La cosa está clara: para confirmarse, para ser ungidos, lo tienen fácil: compren la patente. Las publicidades, y a ella me remito, lo ponen fácil: pasarelas, convalidaciones, cursos express,  lo de los niveles requeridos para poder un nivel universitario se solventa dentro, del lote, y en un pis pas, ya está, convertido, graduado, profesional real. Pero la sobreoferta tiene el riesgo de devaluar por exceso el producto principal, la nueva carrera a la que tantos han optado ilusionadamente.

Pero me temo que la realidad es contumaz: con el Protocolo pasará –y pasa- lo mismo que con el Periodismo y las Relaciones Públicas, aunque lo ideal es que con tiempo se extienda de manera generalizada la formación académica superior (específica, es decir, a través de una carrera matriz; y derivada, esto es, otra carrera y formación complementaria de posgrado o especialización). Los que ya poseen o van a poseer el grado de Protocolo tienen que procurar ser los mejores, y es aconsejable que se convenzan de una vez, que del mismo modo, sin duda, que ellos podrían –si cuentan con los recursos adecuados- optar a determinados empleos en el mundo de la comunicación, en el suyo específico tendrán que competir con los egresados de otras carreras bien con perfiles específicos (los graduados en Relaciones Públicas) o de cualquier otro tipo con un pos grado, propio u oficial, por una universidad solvente.

La ciencia de la organización de eventos, hablemos en serio

Me temo que no va ayudar nada a que la comunidad científica acepte que se puede desarrollar una verdadera ciencia, como se entiende como tal, el estudio analítico del protocolo y sus actividades relacionadas, la desaforada invención que han puesto en marcha determinados sectores privados relacionados con este mundo. Ni todo es ciencia ni todo puede ser considerado ciencia. Un zapatero puede ser un excelente componedor de calzado, pero lo suyo no es una ciencia, sino una habilidad o si se quiere, hasta un arte menor o artesanía…Un organizador de bodas puede ser un excelente gestor de las contratas para estos menesteres, pero eso no tiene ciencia, ni es ni será una ciencia.

Están realmente desbocados. Lo más insólito, es que desde planteamientos comerciales y de marketing se pretende abanderar, qué digo, ser los creadores de una doctrina, en la que invocan sin rubor términos como universitario y científico. Como se sabe, hay dos grandes corrientes de pensamiento en torno a la ciencia. El más común la define como un conocimiento racional, probable, verificable, cierto, obtenido mediante un método sistemático. Otros autores añaden como variable la posibilidad de error. La sociedad avanza a partir del conocimiento científico, pero sobre, las ciencias sociales, no sin infalibles.
La ciencia, la ciencia social, explica y analiza los sucesos sociales, extrae conclusiones y formula modelos. Descompone los hechos y trata de explicarlos metódicamente. Pero no es un cajón de organizador de eventos donde vale todo. No.

Yo me pregunto si a alguien con sentido común se le puede ocurrir que vaya a desarrollarse una ciencia sobre la organización de bodas, la organización de un concierto de rock o cosas semejantes. A las diferentes ramas de las Ciencias de la Comunicación les cuesta mucho trabajo avanzar y consolidar sus posiciones en el universo del conocimiento. Venir ahora con pamplinas, para dar cobertura científica a lo que no pasan de habilidades más o menos operativas denota el grado de desquiciamiento que reina en algunas entidades que cada día inventan un producto nuevo.
¿Se imaginan una tesis doctoral que se titulara: “Epistemología de la boda. El banquete nupcial y sus variantes socioculturales. Del merengue a la nata montada”.

Otro título “Heurística de los Premios Goya. El largo de falda de las actrices como elemento determinativo de mensaje postmoderno”
Y todavía un tercero: “El discurso presidencial en el almuerzo de la junta general de una sociedad por acciones. Prosodia y casuística del balance como género literario”.

Vamos a ser serios.

 

 

 

 

 

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¿Podemos considera el Protocolo como una ciencia?


 La nueva ubicación del Protocolo como carrera universitaria, con todos los niveles previstos, obliga a un replanteamiento de su consideración como mera técnica formal al servicio de la imagen y la representación simbólica de las instituciones y los organismos, a través de los actos públicos. Su inclusión entre las carreras tradicionales de la Comunicación, de mayor abolengo y trayectoria, requiere dotarla de líneas de investigación rigurosas que supere la mera casuística meramente descriptiva de ceremonias y ritos, para profundizar en el estudio social, jurídico e histórico de los elementos que la conforman. Al convertirse en una carrera específica debe desarrollar, para serlo, su propio ámbito científico.

Fue en la Universidad de Sevilla, donde la Doctora María Teresa Otero Alvarado presentó la que puede ser considerada primera tesis con el rigor y la calidad de una verdadera investigación sistematizada, si bien su contenido se apoya en un desarrollo diacrónico a través de otras ciencias, especialmente la historia. Desde entonces, ya son muchos los investigadores que se han adentrado por este camino con variada suerte, pero siempre con notable afán de dar a sus trabajos la máxima calidad.
Lo científico se entiende, en cada ocasión, según la conveniencia de quien lo define. De modo que corremos el riesgo de considerar como científico algo que no lo es. O al contrario. ¿Es el protocolo una ciencia como tal? Si tomamos con referencia el mercado bibliográfico, nos asalta la primera duda: existe una interminable serie de monografías al respecto que, o bien tienen un carácter de manual práctico, descriptivo de la casuística más variada, pero que no siempre profundiza en el porqué de sus afirmaciones; o bien se trata de trabajos históricos, donde el relato de episodios del pasado, situaciones anecdóticas o sucesos variados extrae consecuencias sociológicas o políticas que sí elevan el rango de la publicación.

Podríamos argumentar, en este caso, que el “Protocolo” no tiene fines propios, sino que es un instrumento para mejorar la presentación en público de las instituciones o, si se prefiere, visualizar el poder, la jerarquía y el rango de los personajes y las instituciones públicas. Por lo tanto, no pasaría de ser una técnica, pero sin los requisitos para ser considerado propiamente una ciencia. Pero quienes defienden su vigencia como conocimiento específico replican que lo mismo ocurre con las Relaciones Públicas, la Publicidad o el Periodismo, que carecen de objeto propio por sí mismos, sino que son artes al servicio de otros fines. No es menos cierto que incluso las ciencias más puras son ciencias de la utilidad; es decir, son aplicables a objetos distintos del conocimiento mismo. Dicho de otro modo, sirve para algo a la sociedad.
Por lo tanto, hemos de fijarnos si, por sus propios contenidos, el protocolo permite desarrollar una teoría científica a partir de los postulados ordinarios del trabajo intelectual. Este paso nos lleva a situarlo dentro de otra concepción de la Ciencia como recopilación de técnicas y métodos que nos permiten organizar de forma objetiva y accesible un conjunto de información, que puede ser adquirida a través de la experiencia o de la deducción. Entonces será una ciencia.

Hemos de ubicar necesariamente el protocolo en el territorio de las llamadas “Ciencias Formales” que, como su nombre lo indica, estudian las formas. Y nuestros hechos son los acontecimientos sociales de cierto rango, no los hechos naturales; pero que están sometidos a unas determinadas reglas, usos y tradiciones formales, expresados a través de la etiqueta y el ceremonial, muchas veces sustentado en la tradición y en los usos sociales consolidados.
Con todos estos antecedentes, será posible construir una verdadera Ciencia del Protocolo en la medida que se sigan los parámetros fundamentales para construir un genuino saber científico. Partir de hechos ciertos, investigarlos y obtener conclusiones. Analizar y desmenuzar esos hechos, estableciendo relaciones entre ellos, tratar de descomponerlos, de entender sus componentes; intenta descubrir los elementos que componen cada totalidad, y las interconexiones que explican su integración. Los resultados han de ser expuestos con claridad y deberán ser verificados.

 

Una reflexión para construir la ciencia del Protocolo


La reflexión intelectual es el camino que convierte una actividad profesional en una ciencia al dotarla, a partir de la experiencia, de los elementos de contraste (y controversia) que la definen y enriquecen. Desde la observación de los fenómenos sociales se formulan hipótesis que van dando lugar a teorías contrastables o tesis, que a su vez van fijando los contenidos de esa nueva ciencia. Ese es el camino siempre. Ese ha de ser el de la ciencia del Protocolo.
Dentro de la familia de las Ciencias Sociales y de la Comunicación, en algunos casos, se ha advertido una cierta precipitación, como si se fuera a construir la casa por el tejado, por eso es bueno poner los pies sobre la tierra y replantearse, más allá de la mera casuística cotidiana, la epistemología profunda de las cosas. Para que una práctica profesional se desgaje de la familia intelectual que la aloja es preciso que se desarrolle como ciencia, y eso no se logra solamente porque en el Boletín Oficial del Estado se creen nuevas carreras o la ANECA la santifique, no siempre acorde con sus propios postulados. A veces, las urgencias comerciales son falsos aliados.


Son ponderables todas las iniciativas que hagan avanzar el protocolo como ciencia, corrigiendo la urgencia de algunos pasos anteriores que la experiencia ha revelado imprecisos. Siempre he dicho que, a mi entender, el planteamiento inicial de las carreras de comunicación, cuando éstas se incorporan a la Universidad en 1970, estaba bien trazado: un primer periodo de formación básica común, y un segundo de especialización específica.
En su día expresé una mera opinión intelectual, en el sentido de que, a mi entender, la aparición de la carrera de Protocolo, separada del núcleo las Relaciones Públicas, debería haber aconsejado un periodo previo de publicaciones, trabajos científicos, estudios y aportaciones que armaran la nueva ciencia más allá de la mera casuística práctica.

Se nos decía que el Protocolo no era parte de las Relaciones Públicas ni tenía ya nada que ver con ellas, sino que junto con la Organización de Eventos y sus hijuelas era ya una carrera per se, con su propio camino bien trazado. Era un planteamiento respetable, como toda idea que se expresa educadamente, pero que a duras penas resistía ser confrontada con la tozuda realidad. Por algunas cosas que ahora leo y las convocatorias que se hacen parece que se han cambiado algunos planteamientos.
Sobre este asunto se lleva reflexionando en la Universidad desde hace muchos años, como lo prueban las tesis doctorales ya aportadas, y que encabeza en número la Universidad de Sevilla. Pero, pese a que es un tema viejo en la agenda diaria de los investigadores que trabajamos en este ámbito en España, se debe subrayar que tiene como marco referente la universidad pública española. Véanse los trabajos de los doctores Dolores del Mar Sánchez, Marta Pulido, María Teresa Otero, Salvador Hernández y otros en este terreno.

Ni que decir tiene que deseo el mayor éxito científico a toda iniciativa en este terreno que debe ser bienvenida como todas las que se producen, y de las que no todos informan por igual, debido a pequeñas batallas comerciales que se rigen por las leyes del mercado, no por las de la ciencia.
Es bueno, pues, que se avance en convertir al Protocolo en una ciencia solvente dentro del conjunto de la Comunicación, poniéndolo en relación con el Derecho, la Sociología, la Historia, la Ética y la Estética, entre otras muchas. Reitero pues mis votos por el éxito toda convocatoria, pues el camino del estudio es sin duda el mejor para convertir al protocolo en la ciencia que a todos nos interesa. Y eso se lleva haciendo desde hace mucho tiempo. Que quede claro.