Están realmente desbocados. Lo más
insólito, es que desde planteamientos comerciales y de marketing se pretende
abanderar, qué digo, ser los creadores de una doctrina, en la que invocan sin
rubor términos como universitario y científico. Como se sabe, hay dos grandes
corrientes de pensamiento en torno a la ciencia. El más común la define como un
conocimiento racional, probable, verificable, cierto, obtenido mediante un
método sistemático. Otros autores añaden como variable la posibilidad de error.
La sociedad avanza a partir del conocimiento científico, pero sobre, las
ciencias sociales, no sin infalibles.
La ciencia, la ciencia social, explica y
analiza los sucesos sociales, extrae conclusiones y formula modelos. Descompone
los hechos y trata de explicarlos metódicamente. Pero no es un cajón de
organizador de eventos donde vale todo. No.
Yo me pregunto si a alguien con sentido
común se le puede ocurrir que vaya a desarrollarse una ciencia sobre la
organización de bodas, la organización de un concierto de rock o cosas
semejantes. A las diferentes ramas de las Ciencias de la Comunicación les
cuesta mucho trabajo avanzar y consolidar sus posiciones en el universo del
conocimiento. Venir ahora con pamplinas, para dar cobertura científica a lo que
no pasan de habilidades más o menos operativas denota el grado de
desquiciamiento que reina en algunas entidades que cada día inventan un
producto nuevo.
¿Se imaginan una tesis doctoral que se
titulara: “Epistemología de la boda. El banquete nupcial y sus variantes
socioculturales. Del merengue a la nata montada”.
Otro título “Heurística de los Premios
Goya. El largo de falda de las actrices como elemento determinativo de mensaje
postmoderno”
Y todavía un tercero: “El discurso
presidencial en el almuerzo de la junta general de una sociedad por acciones.
Prosodia y casuística del balance como género literario”.
Vamos a ser serios.
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