Algunos de los secretos de la Transición, cuando se fraguaron aspectos
esenciales de la configuración de la monarquía parlamentaria, se van conociendo
en la medida que se publican relatos y memorias de personajes de aquel tiempo.
Esos datos aparecen a veces perdidos, como el hecho de que don Juan quiso, tras
su renuncia al trono que le dieran el tratamiento de Rey, o lo que es mejor,
que Alfonso Guerra quiso evitar que las armas de los Borbones figurasen en el
Escudo Nacional.
Ambas cosas las revela Manuel Soriano en su exitosa biografía del que
fuera Jefe de la Casa Real Sabino Fernández Campo, que tantos secretos se llevó
con él, pero que no pudo evitar que con el tiempo trascendieran algunas
importantes confidencias
Ley 33/1981, de 5 de octubre, del Escudo de España, tras describir las
Armas de la Nación en su artículo primero, como ahora se conocen, dice en su
artículo segundo “El Escudo de España, tal como se describe en el artículo
anterior, lleva escusón de azur o azul, tres lises de oro, puestas dos y una,
la bordura lisa, de gules o rojo, propio de la dinastía reinante”. Dice
“escusón .o escudo pequeño- no dice “rosetón “, como ahora figura.
Para diferenciar a los Borbones españoles de su casa mayor de Francia,
se rodea las flores de lis con un cerco rojo. Pero como saben, en la camiseta
de la Selección Nacional de Fútbol no se dieron cuenta y las lises de la Casa
de Francia campean con todo su esplendor.
En la magnífica obra del Instituto de Estudios Políticos y
Constitucionales sobre los “Símbolos de España”, además de subrayar que,
conforme las leyes heráldicas otro debería ser el diseño del Escudo de España y
no el oficialmente en vigor, se alude a la discusión parlamentaria previa a la
aprobación del Escudo. Y en este sentido se indica que fue Joaquín Satrústegui
quien propuso incluir en el Escudo Nacional el escusón con las armas de los
Borbones.
No fue posible, como parecía lógico diferenciar las armas de la nación
de las del Rey. Sobre todo si te tiene en cuenta que la soberanía de la nación
reside en el pueblo español, no en el monarca, que no es propiamente soberano,
sino jefe de Estado.
Como el PSOE no insistió, pese a la advertencia de Alfonso
Guerra, las cosas quedaron del modo
conocido, con un escudo nacional que es en sí mismo una birria. Y que,
incluidas las armas de la Casa de Francia, debería ser bien diferente del
actual, según los expertos. En todo caso, llegada la República lo primero en
apear el escudo serán las lises de Francia, el segado de coronas y la
colocación de la corona mural. Compárese el diseño actual con el que debería
ser, en todo caso, conforme el citado estudio heráldico del Instituto de
Estudios Políticos y Constitucionales.
Siempre me he preguntado qué pensaría Fernando el Católico o Carlos I
si vieran en qué ha parado el más expresivo símbolo del Reino de España, que
tuve a francés por repetido enemigo.
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